El marketing digital no es magia. Es matemáticas.
Oscar Hernandez • 20 de mayo de 2025
“Lo que no se mide, no mejora”. Pero lo que se ignora… cuesta. Muchas marcas entran al mundo digital con una idea romántica: “vamos a hacer una campaña creativa, viral y vamos a romperla”.
Y sí, las ideas importan. Pero si no tienes control sobre tus métricas, tu CAC, tu tasa de conversión o tu ROAS, lo único que estás haciendo es apostar a ciegas.
Aquí va un principio básico (pero ignorado):
Toda campaña debe tener una hipótesis, una métrica y una forma de validación.
- ¿Qué esperas que pase con esta campaña?
- ¿Qué variable vas a observar?
- ¿Cuándo sabes si funcionó o no?
Sin eso, el marketing deja de ser una inversión para convertirse en un gasto emocional.
Lo que deberías estar preguntándote en cada campaña:
- ¿Estoy hablando con la audiencia correcta?
- ¿La oferta es realmente irresistible o solo “bonita”?
- ¿El funnel está optimizado o estoy mandando tráfico a morir?
El consejo final:
No te obsesiones con las views o los likes.
Enfócate en construir campañas que puedas medir, entender y escalar.
Porque el marketing no es magia. Es ciencia + ejecución.
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1. El número de seguidores no es igual a impacto Puedes tener 50,000 seguidores y vender menos que alguien con 5,000. Lo importante no es cuántos te siguen, sino qué tan comprometida está tu audiencia con tu propuesta. Enfócate en construir comunidad, no solo en crecer por crecer. 2. ¿Para qué estás en redes? Antes de publicar, define un objetivo: ¿educar, atraer leads, posicionarte, fidelizar? El contenido sin propósito es ruido. Y el algoritmo premia la claridad. Ejemplo: una marca que solo publica memes puede crecer rápido, pero si no conecta con lo que vende, el esfuerzo se desperdicia. 3. Contenido estratégico vs. contenido viral El viral es tentador, pero muchas veces solo atrae tráfico irrelevante. El contenido estratégico habla con tu cliente ideal, responde sus dudas y lo prepara para tomar acción. Tip: usa los datos (comentarios, búsquedas, preguntas frecuentes) como insumo para tu contenido. 4. Convierte tu comunidad en clientes ¿Tienes llamados a la acción claros? ¿Llevas tráfico a una landing optimizada? ¿Capturas correos? Si no hay una estrategia detrás, tus redes son solo entretenimiento. Hazlo así: acompaña a tu audiencia a lo largo de su proceso de decisión, desde el contenido hasta la conversión. Conclusión Crecimiento sí, pero con sentido. No se trata de coleccionar likes, sino de construir relaciones reales con personas que sí pueden comprarte. Con estrategia, contenido relevante y una propuesta clara, tus redes pueden ser un motor real de ventas.

¿Cuántas veces hemos escuchado (o dicho) eso? Y aunque suena lógico, en realidad es una excusa elegante. He visto campañas con 10x presupuesto fracasar frente a estrategias con foco, claridad y ejecución quirúrgica. Lo importante no es cuánto gastas. Es en qué, cómo y por qué. ¿Tu campaña responde a una necesidad real? ¿Tu segmentación es clara o le hablas a “todos”? ¿Tu funnel tiene fugas que nadie revisa? Más dinero sin estrategia solo amplifica los errores. Consejo rápido: Antes de pedir más presupuesto, optimiza lo que ya tienes. Gasta como si fuera tu propio dinero. Porque si lo piensas bien, lo es.

“Faltan manos”, “hay que contratar más”, “ya no damos abasto”. Pero muchas veces lo que falta no es gente, sino orden. Cuando no hay procesos definidos, todo se vuelve urgente. Y cuando todo es urgente, el equipo se agota, no importa cuán capaz sea. Una administración clara permite: Priorizar lo que realmente genera valor. Darle autonomía al equipo sin perder control. Eliminar tareas repetitivas o innecesarias. No se trata de exigir menos, sino de trabajar mejor. Y eso solo se logra con estructura, con procesos, con foco. ¿Tu equipo está corriendo sin dirección o está avanzando con claridad?

Pero muchas tiendas online… confunden abruman aburren no cargan bien en el celular. Y ahí se te va el cliente. Como cuando ves una fila enorme en el súper y dices “mejor vengo luego” (pero nunca vuelves). ¿Qué es UX aplicado a tu tienda online? UX es hacer que tu sitio: Se entienda al primer vistazo. Si no sé qué vendes en 5 segundos, me voy. Fluya como playlist de viernes por la tarde. Nada de dar mil clics o completar cuestionarios eternos. Resuelva dudas sin que el cliente tenga que preguntar. Se vea bien en celular, porque el 80% de tus visitas llegan desde ahí. Errores comunes de UX que están matando tus ventas: Checkouts eternos: Si el cliente siente que está sacando cita en el SAT… abandona. Solución: Simplifica el proceso. Fewer clicks, better sales. Pop-ups invasivos: “¡Suscríbete!”… “¡Cupón del 10%!”… “¡Mira esto!” ¡Tranquila, Karen! Déjalo respirar. Diseño confuso: Tipografías ilegibles, menús escondidos o botones que parecen decoración. Si el cliente tiene que pensar cómo comprar… Houston, tenemos un UX fail. No hay guía visual ni jerarquía: Todo del mismo tamaño, mismos colores, sin llamadas claras a la acción. ¿Dónde doy clic? ¿Estoy comprando? ¿Estoy viendo el blog de tu tía? ¿Y qué SÍ funciona? Botones grandes, claros y visibles. Carga rápida (menos de 3 segundos, sí se puede). Diseño mobile first. Texto útil y conversacional (nada de Lorem Ipsum en 2025, porfa). Feedback inmediato. Si hago clic, dame señal de vida: un color, una animación, algo. Reflexión final: Tu tienda no es solo un catálogo. Es tu vendedora 24/7. Y si esa vendedora no es clara, amable y rápida… nadie va a querer comprarle. Piensa en UX como el buen servicio al cliente, pero en versión digital. Hazlo bien, y no solo venderás más, sino que querrán volver. Y recuerda: No es el producto más barato el que gana… es el que se compra más fácil. ¿Has tenido alguna experiencia de UX pésima como cliente? ¿O has aplicado cambios que mejoraron tu tasa de conversión? ¡Te leo en los comentarios! 👇

He trabajado con empresas que invierten millones en medios, pero que pierden dinero porque: No tienen control sobre inventario. Tienen procesos duplicados o manuales que causan errores. Les toma días tomar una decisión porque no tienen información clara. La administración no es un “extra”. Es la base para que lo digital sea rentable, escalable y sostenible. No basta con hacer anuncios, necesitas saber si puedes cumplir lo que estás prometiendo. Porque no hay estrategia buena que sobreviva a una operación mal organizada. ¿Qué tanto inviertes en la administración de tu negocio frente a lo que inviertes en tu marketing?

Escalar no debería sentirse como apagar incendios todos los días. Muchas empresas quieren crecer, pero siguen operando como si fueran pequeñas. Todo a mano, todo en Excel, todo con “ya luego lo hacemos bien”. Eso funciona… hasta que no. La automatización no es un lujo. Es una condición para escalar. Correos automatizados de carrito abandonado Inventarios sincronizados con marketplaces Integraciones entre CRM y WhatsApp Flujos de atención al cliente con AI No se trata de reemplazar personas, sino de darles superpoderes. Automatizar = menos errores, más foco, más rentabilidad. Si tu equipo está repitiendo la misma tarea 20 veces al día, tienes un problema, no un proceso. La repetición es una señal de automatización pendiente. En resumen: Haz que tu negocio trabaje por ti, no al revés. Automatizar no es caro. Lo caro es no hacerlo y que tu operación colapse justo cuando empiezas a crecer.

Hace apenas una década, el negocio de los ingredientes alimenticios funcionaba con catálogos impresos, ferias presenciales y visitas de laboratorio en laboratorio. Las moléculas, extractos y aditivos se negociaban al ritmo de muestras físicas y órdenes de compra enviadas por fax. Sin embargo, en los últimos cinco años el sector ha vivido una sacudida que hoy resulta imposible ignorar. El detonante fue doble: un mercado global más exigente—marcado por la demanda de clean label, trazabilidad y velocidad de desarrollo—y un ecosistema digital que ya no perdona la lentitud operativa. El resultado es una industria que, por fin, abraza el e-commerce, experimenta con agentes de inteligencia artificial y aprende a vender de forma virtual productos tan específicos como los antioxidantes naturales o los sustitutos de grasa. Del stand ferial al carrito de compras B2B El primer golpe de realidad lo dio el comercio electrónico. Mientras los ingredientes farmacéuticos y los excipientes llevaban años en portales con fichas técnicas descargables, el sector alimenticio se aferraba a la feria anual y a la visita en planta para cerrar acuerdos. La pandemia aceleró el cambio: los compradores de I+D y abastecimiento se acostumbraron a hacer scouting desde la cocina de su casa. De pronto, tener un portal B2B con precios, MOQ y disponibilidad en tiempo real dejó de ser una curiosidad para convertirse en un requisito de licitación. Plataformas especializadas empezaron a registrar picos de tráfico y el modelo “catálogo + botón de cotizar” se volvió la puerta de entrada a mercados que antes exigían costosos viajes transoceánicos. El e-commerce , sin embargo, no es solo poner un ERP detrás de una pasarela de pago. Supone repensar la presentación de la información de acuerdo con las dinámicas del I+D. Un comprador de colorantes naturales, por ejemplo, necesita filtrar alérgenos, legislación local, curva de color y vida útil, todo antes de pedir precio. Las empresas ganadoras son las que alimentan la plataforma con fichas técnicas buscables, muestras virtuales y hasta simuladores de dosificación que proyectan el costo por kilogramo de fórmula final. El salto a los agentes de IA: del buscador al consultor virtual Aun con un portal robusto, el volumen de variables técnicas puede abrumar a cualquier ingeniero de alimentos. Ahí entra la inteligencia artificial generativa. La primera ola se vio en chatbots que responden preguntas frecuentes —“¿este emulsionante es vegano?”— o guían al usuario a la ficha de seguridad. Pero en 2024 apareció el verdadero diferenciador: agentes de IA entrenados con miles de formulaciones internas, normas locales y datos de rendimiento sensorial. Estos agentes no solo contestan; recomiendan. Un chef de innovación en lácteos puede preguntar: “Necesito reducir un 20 % el azúcar sin perder viscosidad en yogur griego”. El agente cruza bases de datos de hidrocoloides , calcula el impacto de cada sustituto en costo y etiqueta, y sugiere tres escenarios con curvas reológicas simuladas. Lo hace en segundos, acortando un ciclo de desarrollo que antes exigía varios correos y días de laboratorio. Las compañías que integran estos agentes dentro de su e-commerce descubren un efecto colateral poderoso: el lead caliente llega a ventas con una propuesta de solución lista, respaldada por un PDF generado automáticamente, que calcula dosis, precio y declaraciones de etiqueta. El ciclo de ventas pasa de semanas a días y el cliente percibe a la firma como un “partner científico” más que un proveedor de commodities. Marketing digital en un nicho de bata blanca Introducir IA y portales de compra significa también cambiar la forma de atraer audiencia. El marketing en la industria de ingredientes siempre fue dominado por artículos técnicos en revistas de sector y ponencias en ferias. Hoy, el terreno de juego se extiende a LinkedIn, webinars on-demand y newsletters hiperespecializadas. La clave es el contenido de valor, pero empaquetado con el dinamismo que el algoritmo favorece. Un micro-video de 90 segundos que explica por qué la goma acacia estabiliza la espuma en bebidas botánicas puede generar más solicitudes de muestra que un PDF de veinte páginas. El SEO también ha madurado: fichas técnicas optimizadas con palabras clave —“antioxidante natural para snacks bajos en grasa”— atraen a formuladores que investigan soluciones antes de hablar con un vendedor. En paralelo, los equipos comerciales han adoptado el social selling. Un gerente técnico comparte en su perfil la mejora de rendimiento de un sabor encapsulado y etiqueta al responsable de compras de una marca emergente. La interacción pública valida la propuesta; el mensaje privado que sigue abre la puerta a una prueba industrial. Marketing y ventas confluyen en una narrativa que muestra casos de uso reales, humaniza al experto y alimenta el pipeline con leads cualificados. Networking en la era post-ferial Contrario a lo que muchos auguraban, la digitalización no ha matado las ferias; las ha transformado. Los visitantes llegan a IFT, Fi Europe o Food Tech Summit con la agenda llena gracias a un calendario de meetings virtuales agendados semanas antes por la plataforma del evento. El stand ya no se diseña pensando en repartir bolígrafos, sino en servir como set híbrido para streaming : un experto formula un sustituto de huevo ante la cámara mientras responde preguntas en tiempo real de asistentes conectados desde Latinoamérica o Asia. Este networking híbrido exige que las empresas dominen dos lenguajes: el de la hospitalidad presencial y el del contenido digital efímero. La recompensa es clara: un estand puede obtener diez veces más leads porque la audiencia remota se multiplica y la data se captura en vivo. Ventas digitales: del muestreo físico al gemelo virtual Las muestras físicas siguen siendo indispensables —no existe simulador que sustituya la degustación real—, pero su gestión se ha digitalizado. Los sistemas de “sample request” ahora se integran con un gemelo digital que describe lote, certificado de análisis, fecha de producción y ruta logística. Un agente de IA actualiza al cliente sobre el estado del envío y propone alternativas si la aduana genera un retraso. En la etapa de negociación, herramientas de firma electrónica y contratos inteligentes aceleran el cierre. Incluso existen modelos de revenue sharing basados en datos IoT de la planta del cliente: si el aditivo reduce merma en un 5 %, el proveedor recibe un bono automático calculado por el MES (Manufacturing Execution System) conectado a blockchain. Obstáculos y aprendizajes Aun con historias de éxito, la industria enfrenta desafíos culturales. Muchos departamentos de I+D siguen recelando de compartir data sensible con agentes externos, aunque estén encriptados. Otros temen que la automatización reste el componente relacional clave en negocios de alto valor consultivo. La experiencia muestra que la adopción funciona cuando la dirección patrocina la digitalización, pero involucra a los tecnólogos de alimentos en la capacitación de modelos de IA. Sin su expertise, el algoritmo corre el riesgo de proponer soluciones inviables o, peor, ilegales en ciertas legislaciones. Hacia un ecosistema de colaboración inteligente La digitalización del negocio de ingredientes no es un destino único, sino un proceso que evoluciona con la ciencia y los hábitos de consumo. Hoy los ganadores son quienes combinan tres capas: un e-commerce robusto capaz de transaccionar, una capa cognitiva de IA que recomienda y aprende, y una estrategia de contenido que educa y atrae al formulador moderno . Añádase un equipo comercial que domina las videollamadas y el análisis de datos en lugar de la visita improvisada, y el resultado es una empresa preparada para competir en un mercado donde la velocidad de innovación marca la diferencia. La era de los catálogos impresos no volverá. La industria de ingredientes alimenticios que entienda este cambio no solo venderá más rápido, sino que se convertirá en socio estratégico de sus clientes, acelerando la creación de productos más saludables y sostenibles para un consumidor final cada vez más informado. Esa, al final, es —y debe ser— la verdadera razón de la transformación digital. Oscar ;)

1. Checklist exprés: ¿Tu home dice qué vendes sin hacer scroll? ¿El diseño transmite confianza? ¿Las fotos cuentan una historia o solo cumplen? ¿Tu copy conecta o solo describe? Recuerda: no basta con tener un gran producto, tienes que contarlo bien, mostrarlo mejor y venderlo fácil. 2. UX no es moda, es tu mejor vendedora UX (User Experience) suena fancy, pero en realidad es puro sentido común con buen diseño. Si tu tienda tarda en cargar, no se entiende, o parece rompecabezas… el cliente huye. Y no, no es porque tu producto no sirva. Es porque tu tienda no lo deja brillar. Cada segundo de carga te cuesta clientes. Cada clic de más, también. Cada duda no resuelta, es una puerta de salida. Haz que comprar sea tan natural como pedir un café. Hazlo fácil, claro y rápido. Y que se vea bonito, porque sí, la UX también entra por los ojos.

¿Qué está pasando? Spoiler: la estética no es lo mismo que la conversión. Una tienda bonita no vende por sí sola. Si el usuario se pierde, se frustra o no entiende qué hacer… se va. Sin importar si usaste el mejor filtro de Lightroom. 5 errores de diseño que te están costando ventas: Menú poco claro o escondido. Si tienes que pensar demasiado para encontrar lo que vendes, el usuario simplemente no lo hará. Demasiadas distracciones. Sliders automáticos, pop-ups invasivos, banners que gritan… A veces, menos es más (ventas). Checkout complicado. Si el proceso de compra parece una misión de Call of Duty, el cliente abandona. Llamados a la acción que no destacan. ¿Dónde se compra? ¿Dónde está el botón? Si no es evidente, se pierde la intención. No pensar en móviles. El 80% de tu tráfico es móvil. ¿Ya revisaste cómo se ve tu tienda desde ahí? ¿Cómo lo mejoras? Guía al usuario como si tuviera cero contexto. Tu diseño debe decir: "Mira, aquí se compra, aquí se paga, y aquí llega tu producto feliz." Reduce pasos y clics. Haz que comprar sea tan fácil como decirle "sí" a una concha en la panadería. Haz pruebas. Invita a alguien que nunca haya usado tu sitio y observa cómo navega. Ahí verás todo. Ten claro tu objetivo principal. ¿Quieres que compren? Entonces todo debe empujar hacia eso. Reflexión final: Un buen diseño no es solo el que se ve bonito, sino el que funciona. No necesitas rediseñar desde cero, pero sí repensar tu tienda desde la experiencia del usuario. ¿Has tenido un sitio hermoso que no convierte? ¿Te pasó? Te leo en los comentarios

Sabías que el diseño puede hacer que un cliente se enamore de tu marca ? Sí, como cuando ves un empaque bonito y dices: “¡Ni lo necesito, pero lo quiero!”. 💸 Cuando hablamos de diseño en comercio electrónico, no solo se trata de que todo “se vea bonito”. Hablamos de que tu tienda haga sentir algo . Y ahí es donde entra el diseño emocional. 💘 ¿Qué es el diseño emocional? Es crear una experiencia visual que despierte sentimientos en tu cliente. Desde que entra a tu tienda online deberías pensar: “Aquí me siento bien, confío, me gusta, quiero comprar”. Eso es diseño emocional. Y sí, puedes hacer magia si lo usas bien. 🔥 ¿Por qué es importante? Porque la gente compra con el corazón, no con el Excel. Las decisiones de compra están súper ligadas a la emoción. A veces ni sabemos por qué elegimos una marca, pero sentimos que “nos entiende”. Porque el diseño emocional construye lealtad. Cuando un cliente se siente conectado, vuelve . Y encima te recomienda con sus amigos (gratis, yay ✨). Porque en un mercado lleno de opciones, lo emocional te hace único. El producto puede ser similar, pero la experiencia de marca, no. Eso es lo que te hace destacar. 🛠 ¿Cómo aplicarlo en tu tienda online? Colores con intención. El azul transmite confianza. El rojo, urgencia. El verde, tranquilidad. No pongas colores “porque sí”. Haz que trabajen para ti. Fotos que cuentan historias. No solo muestres el producto. Muestra cómo se usa , cómo mejora la vida del cliente, cómo se siente tenerlo. Tipografía amigable (y legible, por favor). Que no parezca que estás enviando una carta medieval. Clara, coherente con tu marca y fácil de leer. Un proceso de compra que abrace, no que abrume. Desde el primer clic hasta el pago, todo debe ser tan fluido como un TikTok viral. conclusion: Tu diseño no solo debe “verso bonito”. Debes conectar, emocionar, enamorar . Haz que cada visita a tu tienda sea una experiencia que el cliente quiera repetir. No vendes productos… crea momentos memorables .